La bestia
La madre primeriza dio a luz una bestia de cabeza de lobo
y cola de serpiente. El párroco ordenó que se le cortara la cabeza con una
espada cuyo filo hubiese estado en Tierra Santa. El mismo párroco bendijo el
metal con agua bendita. Dicen que tres veces trataron de cortarle la cabeza a
la bestia y tres veces la espada se doblegó ante la dureza del cuello de la
bestia. Dicen que la madre confesó ser amante del Diablo. Dicen que el párroco
se ahorcó esa noche y el caballero que prestó su espada se ahogó en su propio
vómito alcohólico una semana después. Dicen que regresaron la criatura con su
madre y que los marginaron del mundo, para que vivieran por su cuenta. Dicen
que con el tiempo sus deformidades mejoraron: su cola de serpiente se secó y su
cara de lobo se hizo tan humana como atractiva. No necesito que nadie me diga
nada más. Sé con qué esmero mi madre me enseñó lo poco que ella sabía. Y sé lo
difícil que fue para ella dejarme volver al mundo. De mi padre aprendí más
cosas, en secreto, sin que mi madre lo supiera, porque todo el mundo, también ella lo odia.
Todo el mundo odia a su padre, esa es la ley primera...
ResponderEliminarSaludos
J.