Con liviandad, amparados
en la pose grotesca de juez y parte sin concesiones, irremediable, irreversible, injustamente, me acusan de ansioso.
De todas las aseveraciones apuntaladas en el dedo índice,
la única que molesta es la que se encuentra más cerca de la verdad, de la
percepción que se tiene de sí mismo y sus derivaciones. Por tanto, nada mejor
que correr en busca de este diccionario moderno sin páginas donde del otro lado
hay gente bien predispuesta a satisfacer nuestras necesidades de búsquedas y
conexión de palabras:
Ansiedad:
1. Estado mental que se caracteriza por
una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad.
2. Angustia que acompaña a algunas
enfermedades, en especial a ciertas neurosis.
La
primera definición me desconcierta. Ese no soy yo. Ni mi inquietud es grande
(mediana puede ser, pequeña seguro que sí), ni mi excitación intensa (la
intensidad es una entidad cualitativa, al no poder cuantificarla y no aclarar
una escala numérica nadie puede contradecir mi aseveración de intensidad débil),
y por supuesto mi inseguridad no extrema ninguna medida impulsiva.
Pero
infinitamente peor es la segunda definición. “…a algunas” “…a ciertas” esa
incertidumbre es tan innecesaria como enervante. Además la falta de definición se torna
doble: neurosis es una nomenclatura en desuso, ambigua, llena de múltiples
enfermedades tan distintas como la urgencia por clasificar.
Neurosis:
1. Nombre genérico de un grupo de
enfermedades que se caracterizan por la presencia de trastornos nerviosos y
alteraciones emocionales sin que, aparentemente, haya ninguna lesión física en
el sistema nervioso.
Y otra vez la duda, la mala intención: aparentemente.
¿A qué viene todo esto? El mes que viene sale nueva novela “En tres
noches la eternidad”, se llama. El mismo título que este blog. Tiene su origen,
entonces, hace varios años y un lento trabajo de corrección y sobre todo supresión
de escenas y explicaciones. La ansiedad por saber cómo le irá, también. Algunos
días pienso que deberé cambiarle el nombre al blog, que la novela sea una
entidad única. Desde la editorial me mandaron la tapa, es perfecta para la
historia. Me dicen que no sea ansioso, que no la muestre todavía. Claro que no
lo haré, me entretengo con pensamientos laterales: la presentación, el horario,
si tengo que cambiar el nombre del blog, y debo reconocer que siento una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad.
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