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jueves, 14 de julio de 2011

Farsa:



Tenía que besarla delante de cámara. La besó sin problemas. Pero cuando se abrazaron el sintió las tetas firmes de su ex contra su pecho y pensó que todo era una farsa. Pero siguió adelante según lo pautado en el contrato. Después del programa tenía que sacarla del canal, llevarla a cenar, delante de todos los paparazzi y después irse juntos a su casa. Con ese sencillo procedimiento al día siguiente todos los programas hablarían de la reconciliación y ambos volverían a estar presentes por unos días en todos los medios de comunicación.
En algún momento, entre la cena y la casa, fue al baño del restaurante y se metió dos pastillas de viagra en la boca. Las tragó sin tomar agua. Se lavó la cara, más tranquilo, y terminó de cenar en paz.
Ya en la casa, se excusó para ir al baño y trató de pensar en otras mujeres que le dieran la erección capaz de concretar la reconciliación con su ex mujer que había empezado frente a las cámaras de televisión y que terminaría en la intimidad de su habitación. Trató de pensar en las películas pornográficas que había visto el último mes en soledad, pero se descubrió pensando en tetas artificiales. En los pechos de plástico firmes y duros. Irreales, de tan perfectos. Los cuerpos desnudos se transformaron en globos. Y los globos de silicona reventaron contra el techo. Imaginó un cielo eternamente nublado por nubes de siliconas que goteaban de vez en cuando un poco de vaselina. No pudo salir del baño. Ella le gritó a través de la puerta del baño. Él no se animó a contestarle. Veía como las tetas de plástico se reventaban una tras otra y una y otra vez contra el techo. Iguales a las que él le había regalado a su ex mujer poco antes de la pelea que los había separado.

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