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domingo, 29 de enero de 2012

Satélites:



Fue para Navidad. O año nuevo. Casi le parte la cabeza a mi primo. Pensamos que era la luna. No sé por qué pensamos que era la luna. Pero estábamos seguros. Sonaba lógico. Quizás porque estábamos borrachos. Primero insultamos. Pero después nos dimos cuenta que si era la luna, todo se terminaba ahí mismo. La noche de Navidad, o de año nuevo, se terminaba el mundo. Entonces me acerqué. Y les dije a todos que se quedaran tranquilos. No era la luna. Era un pedazo de chapa. De un satélite. O algo así. Entonces todos nos alegramos. El mundo no se iba a terminar. A la media hora cayó el primer pedazo grande y se prendió fuego la casa. A las 3 horas casi toda la ciudad estaba en llamas. Los noticieros anunciaban que el más grande de los satélites, uno ruso, caería 10 kilómetros dentro del mar. Lo que no predijeron fue la ola que formaría. Dos días después pudimos bajar de las montañas. Pero todavía siguen cayendo pedazos de satélites. Dicen que la peor parte ocurrió muy lejos de aquí. En China. Pero no podemos saberlo. Ya no hay radio ni televisión ni Internet. Solo son rumores que corren de boca en boca. Y China está muy lejos como para que el rumor haya viajado por medio de la palabra en apenas 2 días.

jueves, 26 de enero de 2012

Respeto: En latín significa: “sentimiento que pretendemos ciertas personas sientan por nosotros cuando nosotros nunca, ni remotamente, lo sentimos por ellos”


Rutina: ¿A nadie le pasa que una mañana mandaría a todo el mundo a la mierda? ¿Qué se desayunaría las entrañas de sus enemigos rociadas con vino blanco barato? ¿A nadie le pasa qué escupiría a las vecinas en el en el ascensor y mearía la entrada del edificio mientras el portero barre la vereda? ¿A nadie le pasa que lo tienen tan harto las historias de extraterrestres, de universos paralelos, de islas misteriosas y de indios perversos que degollaría a los malos guionistas de todo el universo? ¿A nadie le pasa que cuando un auto se le viene encima (como ahora) y se da cuenta de que la muerte es inevitable, en vez de recordar todas aquellas cosas buenas de la vida sólo puede pensar en todas las cosas que odió en la vida y que no pudo evitar por seguir adelante atado a la absurda y famélica rutina?

domingo, 22 de enero de 2012

Religión:


Arte o doctrina que aplican los hombres en lo referente al gobierno sobre los pueblos. Sus componentes, o actores, son facciones nucleadas bajo un signo que responden a un líder, el cuál, en los principios del movimiento, dictó los preceptos inequívocos en base a su creencia personal sobre lo correcto en cuanto a regir sobre el pueblo. En general, el resultado de sostener estas ideas termina en enfrentamientos sangrientos y traen malas consecuencias para la humanidad, entendiéndose como humanidad un barrio, una ciudad, un país, o un continente.

domingo, 15 de enero de 2012


Recuerdos:


Mamá se quedó en casa. Sola. Haciendo la comida. O barriendo. O las dos cosas. O llorando, no sé. Papá me arrastró de la mano y salimos a la calle. Habían discutido. Mamá en un momento gritó. Papá gritó más fuerte. Mamá lloró. Papá no. Caminamos en silencio. Mucho. Y papá sólo me habló para decirme “Esperá acá”. Entró en agencia de quiniela. Por el vidrio, detrás de los números, vi que hablaba con una mujer. Se abrazaron y al separarse ella estaba llorando, como antes mamá. Papá no. La mujer me vio y yo me alejé del vidrio. No sé por qué, pero entendí que no me tendría que haber visto. La mujer salió. Papá se quedó en la puerta. “Tenés suerte”, me dijo la mujer. “Tu papá te quiere más que a nada en el mundo”. Quiso tocarme la cabeza y retrocedí. Se volvieron a abrazar. Papá pidió disculpas. Ella le dijo que lo esperaría, por si se arrepentía. Papá dijo que no volvería. Ella dijo que lo sabía. Volvimos caminando en silencio. Yo sentía que papá no quería volver a casa. Que no quería comer la comida de mamá. Lo pregunté quién era esa mujer y papá me contestó que no era nadie.


miércoles, 11 de enero de 2012

Mauro Yakimiuk me hizo una muy amena entrevista para su blog ENTRE VIDAS que habla un poco de la vieja y querida novela Riña de gallos, otro tanto de las 2 novelas en colaboración con Fernando Del río (Furca y El geriátrico), y un poco de las cosas por venir. Pasen y lean

martes, 10 de enero de 2012


Regalo: Mi viejo cumplió 80 años y me pidió de regalo pasar una noche con un travesti. Es viudo hace 15 años. Jamás me dio un abrazo y hace 6 años que no va al médico. La única condición que puse es que no eligiera a uno de mis amigos.


domingo, 8 de enero de 2012

Rabia:



1- Una novela donde una persona violenta se recluye en una casa.


2- Un estado de ánimo parecido al orgullo.


3- Una enfermedad donde los perros sacan espuma por la boca, como si fueran hombres enojados. Por suerte para los perros, hace más de 20 años que no se detectan casos en humanos.

jueves, 5 de enero de 2012

Quiniela



El viejo siempre juega a la quiniela en la misma agencia. Hace más de 10 años que es, casi, su única salida de casa. Se viste con su pantalón de jogging y una de sus camisas blancas que mitad encaja en el elástico de la cintura y mitad cae suelta en la espalda, en un intento silencioso por ocultar el culo marchito, y camina, entonces, la cuadra y media que lo separa de la quiniela. Eso es a la mañana. Si vuelve a jugar por la tarde, ya no sale. Llama por teléfono, indica su jugada, y al día siguiente paga. Una vez al mes, un poco más, a veces menos, se olvidan de hacerle caso, o se olvidan de pagarle y su rutina se complica. El viejo se queja. Jura que nunca más volverá a jugar. Se queja de la pérdida de respeto. De la falta de moral. Y se va. Ese mismo día camina un poco más, tres cuadras, hasta otra agencia que no lo gusta tanto y hace su jugada. La rabia suele durar un mes. En ese mes se cruza con el vecino dueño de la agencia y lo ignora, con orgullo. Pero llega el día, y él lo sabe antes que nadie, que tiene que ceder y entonces deja de caminar las fatigosas tres cuadras, se queja de la mala suerte y vuelve a su vieja agencia de quiniela, donde lo miman un poco, pero no demasiado, para que no se ofenda ni se pregunte si tanto afecto no es un poco falso.